La etiqueta en una botella de vino, el cierre en una caja de chocolates, la etiqueta en una manzana, la gráfica en la ventana de una tienda, la escritura en un suelo de paso público, el cartel publicitario en el costado de la carretera, una escritura que personaliza un vehículo comercial, la etiqueta farmacéutica en la caja de un medicamento, una pegatina para colocar en un álbum, … El material autoadhesivo está presente en nuestra vida cotidiana más de lo que se piensa: con los autoadhesivos transformamos el aspecto de los objetos, indicamos información valiosa, seguimos productos, identificamos espacios.
Es un sector mucho más técnico y sofisticado de lo que parece a primera vista; en un grosor de pocos milímetros hay, de hecho, un concentrado de innovación, química, física, y diversos materiales.
Un autoadhesivo de calidad debe satisfacer las demandas específicas de cada cliente, para cumplir con requisitos de durabilidad, seguridad, diseño, estética, funcionalidad y creatividad, y debe garantizar el mismo rendimiento en condiciones desafiantes: cambios bruscos de temperatura, calor y frío extremos, humedad, contacto con agua, aceite y otras sustancias que podrían afectar sus características.
Pero comencemos con la pregunta fundamental: ¿qué es y cómo está hecho un material autoadhesivo?
Muchos profesionales lo llaman coloquialmente ‘sándwich’, y de hecho, su composición estratificada puede recordar al legendario bocadillo. Está compuesto por tres componentes principales: frontal, adhesivo y release liner.
- El frontal es la parte visible, la que luego se imprime, y puede ser de papel o de película plástica (PP, PE, PET, PVC).
- El adhesivo es lo que hace que el frontal se adhiera a una superficie y debe elegirse teniendo en cuenta el material de la superficie de aplicación, la temperatura a la que se aplicará la etiqueta y la duración deseada.
- El release liner, que puede ser de PET o papel siliconado, es el soporte del material autoadhesivo. Entre él y el adhesivo propiamente dicho, se inserta otra capa de material (silicona) que permite que el liner se retire sin llevarse consigo el adhesivo.
El corazón del material es precisamente el adhesivo con propiedades viscoelásticas ‘activadas’ por la presión ejercida durante la aplicación, por eso también se habla de adhesivo sensible a la presión (PSA, por sus siglas en inglés). Representa un componente clave para la personalización y el rendimiento de los productos finales, gracias al uso de diferentes tecnologías que ofrecen la mejor solución para cada necesidad.
El frontal puede ser de papel o película plástica, y en muchas ocasiones este último es el único material que se puede utilizar para garantizar la funcionalidad y durabilidad del frontal, es decir, la excelente calidad del producto requerido.
El release liner es la parte del material autoadhesivo en la que se está trabajando mucho para reducir el desperdicio, ya que una vez retirado se convierte en desecho. Nuestras últimas soluciones están diseñadas para abordar este desperdicio de recursos desde la raíz, ya que permiten eliminar y/o recuperar la producción de residuos de proceso, transformando el liner de desecho en un nuevo recurso.
Fedrigoni tiene objetivos de sostenibilidad que persigue utilizando papel cuando es posible y plástico cuando es necesario. Las personas de la unidad de negocios Self-Adhesives, en sinergia con las de la unidad de negocios Paper, continúan trabajando para alcanzar para 2030 el objetivo de ofrecer el 100% de productos diseñados para la reciclabilidad y recuperación óptimas al final de su vida útil, con evaluación del ciclo de vida (LCA) ha pedido. Específicamente, en el mundo de Fedrigoni Self-Adhesives, el objetivo es tener el 100% de nuestro portafolio de productos estándar con una solución que permita la reciclabilidad o reutilización del empaque (reciclable, compostable, removible) . Este objetivo se logrará gracias al trabajo en equipo de nuestros equipos de Investigación y Desarrollo.
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